Estaba sentado en mi escritorio cuando efectué una llamada
telefónica y me contestó un tipo de mal genio. ¡Aló!, le dije:
'Buenas, ¿podría hablar con Luís González?'
'No aquí no vive ese guevón'. Y me colgó el teléfono de la manera
más grosera.
Resulta ser que había marcado un número incorrecto, por lo que
procedí a llamar al teléfono indicado.
Después de colgar, observe el número de teléfono errado en mi
escritorio; decidí llamar a ese número y contestó la misma persona
que me colgó. Le dije: - 'Ud. es un hijueputa'. Y colgué.
Inmediatamente anoté ese número en mi agenda y le puse al lado la
palabra HIJUEPUTA.
Cada semana, cuando tenía alguna piedra llamaba al tipo y cuando
contestaba le decía: 'Ud. es un hijueputa'. Esto me hacia sentir
mucho mejor; pero al tiempo me enteré del servicio de la ETB de
identificación de llamadas, por lo cual me limité a dejar de llamar
por unos días al hijueputa.
Pues se me ocurrió lo siguiente: marqué su número telefónico y en
lo que me contestó diciendo: ¿Aló? Le respondí: - 'Buenas tardes,
le llamo del Dpto. de ventas de la ETB para saber sí conoce el
servicio de identificación de llamadas...' El tipo contesto: 'NO' y
le dije: 'Eso es porque Ud. es un gran hijueputa'.
Un día estaba en Unicentro esperando que saliera una señora para
estacionar el carro en el puesto que ella desocupaba. Pues, resulta
que cuando la señora salió vino un tipo manejando un Renault 9 azul
y se metió; le pité, pero nada, el tipo simplemente se bajó del
carro y se fue para el centro comercial ignorándome por completo.
Ante su actitud pensé 'ese es un hijueputa '
y fue cuando noté que en su carro había un letrero que decía: SE
VENDE. INTERESADOS FAVOR LLAMAR AL TELÉFONO 242-07-40.
Después llamé al tipo del Renault 9:
-¿Si, hablo, con el señor del Renault 9 azul que esta a la venta? -
Sí, habla con el.
-¿Podría decirme dónde lo puedo ver?
-Sí, vivo en Alamos por la carrera 100B No. 71-6 es una casa
amarilla y el carro está al frente de la casa. Mi nombre es Eduardo
Pérez y me puede encontrar en la casa después de las 6 PM.
-Gracias. Le dije. ¿Le puedo decir algo Eduardo?
-Sí, como no.
-Eduardo, Ud. es mucho hijueputa. Y le colgué.
Bueno, a partir de ese día ya tenía a dos hijueputas a quien
llamar. Después de un tiempo llamando al par de hijueputas, la cosa
se puso aburrida, por lo cual decidí hacerla más divertida y se me
ocurrió lo siguiente:
Llame al hijueputa No. 1. Y el tipo grosero me contestó: ¿Sí?
Y entonces le dije: '¿Ud. es el hijueputa?', pero no colgué.
El tipo me dijo: -¿Está ahí? A ver si deja de llamarme malparido.
Yo le dije: -Pues no me da la regalada gana.
El tipo me preguntó con tono suave: -¿Cómo se llama?
- Eduardo Pérez, le dije.
- ¿Donde vive?
- En Alamos por la carrera 100B No. 71-6 en una casa amarilla donde
está un Renault 9 azul al frente.
- ¡En menos de una hora estoy allá para meterle una muenda guevón!
Yo le dije: - ¡Uy sí, estoy cagado del susto! ¡Hijueputa!,
¡HiiijuuuueeeputaaaAAAA!, y le colgué.
Después de eso llamé al hijueputa No. 2, y cuando contestó le dije:
- Quiubo hijueputa.
- ¡Marica, si lo llego a encontrar, le voy a romper la cara y las
piernas!, me dijo.
- ¿Así es la vaina?, le dije, pues hoy es su oportunidad porque en
menos de una hora estoy en su casa para volarle la jeta, hijueputa, carepicha
a ver que me va a hacer.
Enseguida llamé al 112 a la Policía Metropolitana y les dije que
iba para Alamos a la carrera 100B No. 71-6 a matar a mi novio
marica porque lo encontré con otro hombre. Después llame a NR
Noticias para reportar que la OIJ había encontrado un arsenal de las FARC en Alamos.
Enseguida me fui para la dirección antes descrita a ver
el espectáculo:
Unas 6 patrullas rodeando la casa, dos pendejos dándose pichasos en
plena calle, la policía tratando de separarlos, un consejero
haciéndolos recapacitar y las cámaras de RTN reportando una disputa pasional entre dos gays subversivos.